Columna publicada en elQuetzalteco, el sábado 16 de marzo de 2013
Por César Pérez Méndez
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D-Frente
El nombre Francisco es de mi total agrado, no solo porque así se llamaba mi apreciado abuelo paterno, a quien cariñosamente le decía Pancho, sino porque así se llama mi hermano. Y ahora, desde el miércoles reciente, es el nombre más mencionado alrededor del mundo, porque el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio tomó el nombre Francisco para su pontificado.
Francisco es un nombre de origen germano que significa «hombre libre» y se originó en el apodo que Pedro Bernardone otorgó a su hijo «San Francisco de Asís», a quien se le dio el nombre de «El Francés», en honor a Francia. Así que el nombre de Francia proviene de la tribu de los Francos, la cual significaba hombres libres.
Y en varias partes del mundo, con frecuencia, como en Guatemala, por cariño, a los Francisco se les llama Paco. Tampoco es casualidad, porque a San Francisco de Asís se le conocía como el «Pater Comunitatis», es decir, «el Padre de la comunidad», cuando fundó la orden de los Franciscanos.
En fin, antes de proseguir, debo confesar que no voy a misa, es decir, que no soy católico, sino evangélico, pero aún así, celebro que el nuevo máximo líder de la Iglesia Católica sea de Latinoamérica.
Bergoglio, ahora Francisco, representa una gran oportunidad para la región de habla hispana, en dos sentidos; primero, por la unidad que esperamos que provoque en los países, ante tanta falta de un verdadero liderazgo, nada parecido a los políticos que se convierten en gobernantes, sino por una lucha en contra de la desigualdades prevalecientes, principalmente las sociales.
Y segundo, porque puede hacer más humana a la religión, es decir, más sensible a los males que atañen a la sociedad.
Hoy el catolicismo tiene un dirigente, no solo sacado del fin del mundo, como él mismo dijo, al referirse a la ubicación geográfica de su país, en la cola de América del Sur, sino que de perfil austero, sencillo y moderado. Para ejemplo, el ex cardenal usaba transporte público. Ya ven, ningún líder político podría siquiera cumplir con el primer aspecto.
Francisco proyecta un semblante armonioso y eso lo hace líder natural.
PUNTO FINAL. Francisco en alemán, Franz; en inglés, Francis; en italiano, Francesco; en japonés, Furanshisuko; y en latín, Franciscus. Habemus Papam.

Jorge Mario Bergoglio tomó el nombre Francisco para su pontificado.